La inmensa mayoría de las consultas realizadas al veterinario en
relación con nuestros caballos (se calcula que hasta un 80%) se
refieren al cuidado de sus patas.
Y no es de extrañar; el caballo es un animal de un volumen importante
y gran peso, que reparte entre cuatro delgadas extremidades que
finalizan en pequeños pies. A pesar de esto es capaz de correr a
gran velocidad cargando con un jinete o bien realizar trabajos que
le suponen un serio esfuerzo físico.
A nadie se le escapa la enorme importancia de mantener en perfecto
estado las extremidades de su caballo, pero pese a ello, muchos
aún dejan de lado las atenciones básicas que deben realizarse.
Muchos veterinarios y cuidadores coinciden al afirmar que “sin
casco no hay caballo”. Debemos conocer correctamente la estructura
de esta zona elemental del animal y saber qué cuidados precisa.
El casco está formado principalmente por tres partes:
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La Pared: es la zona exterior. Su crecimiento es hacia abajo
desde la corona.
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La Suela: parte ligeramente cóncava que cumple la misión de
proteger el casco de lesiones. Debemos tener mucho cuidado con
ella puesto que es muy delgada.
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La Ranilla: mecanismo amortiguador y antideslizante que facilita
que el casco se extienda y contraiga a cada paso. Resulta fundamental
mantenerlo en todo momento limpio para evitar problemas en el
casco.
Muchos se preguntarán por qué los caballos que viven en libertad
no precisan de todo este tipo de cuidados y viven largos años sin
problemas serios en sus cascos. El motivo es claro; el humano le
pide al animal la realización de una serie de tareas que el caballo
salvaje no tiene que realizar: cargar con un jinete, saltar, galopar
sobre asfalto, permanecer largas horas estabulado... todas estas
actividades no son naturales y provocan una tensión antinatural
en los pies y piernas del animal.
La córnea del casco no deja de crecer durante toda la vida del
caballo (se calcula que aproximadamente un centímetro al mes
de promedio), pero igualmente se va desgastando, sobre todo si el
animal trabaja sobre una superficie dura. De ahí la necesidad de
utilizar los herrajes, que servirán para evitar el excesivo desgaste
del casco.
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